Masoneria
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QQ.·. HH.·. hemos recibido un mensaje, un legado, este legado es de Tradición Unánime y Primordial, a través de nuestra ceremonia de iniciación; el mismo ha pertenecido y pertenece, a todas las culturas sagradas de la humanidad.

Nuestra Orden es una rama de esa Tradición, un medio o soporte que nos brinda para acceder al Conocimiento. Entonces ¿Qué es la Masonería? Sostenemos que ha sido y es, la fijación o solidificación en el tiempo histórico y el espacio geográfico, de una palabra y un modelo ejecutados por el G.·.A.·.D.·.U.·. en su génesis, lo cual no debe verse como un hecho que corresponde al pasado histórico, sino más bien como si ese origen estuviera ocurriendo ahora mismo, lo que sin duda es verdad. La vertical celeste incide permanentemente sobre la horizontal terrestre, y es lo que hace posible la realidad del cosmos. Por lo tanto, debemos comprender que nuestra Orden es esa palabra y ese modelo traducidos al lenguaje humano, como son en realidad todos los símbolos, ritos y mitos universales, de los que por cierto participa la Masonería, a la que también se ha llamado el Arte Real, claramente vinculado con el conocimiento de la cosmogonía, la que se toma como un soporte para la realización metafísica. Por otro lado, hay que advertir del peligro que encierra cualquier institución, por cuanto que esa fijación y cristalización puede tornarse en petrificación si no es vivificada permanentemente por la efusión del Espíritu, es decir por el secreto o misterio escondido en la letra. No debemos confundir al símbolo con lo simbolizado, el camino con el punto de llegada, aunque paradójicamente, en el viaje iniciático no hay que alcanzar ninguna meta. Se dice que “El Tao que puede ser nombrado no es Tao”. 

Hemos recibido un tesoro, desde luego no reconocido como tal por el mundo, pero que sin embargo, a los ojos del Supremo, que reside en el corazón, tiene un valor incalculable; pues ese tesoro es todo lo que somos. Hay que estar, entonces, prestos al sacrificio, es decir, abandonar la idea de una personalidad ficticia que nos impide ver la Luz y su resplandor sin reflejo. De lo contrario, ese tesoro puede tornarse carbón ardiente entre las manos. Asimismo, debemos encarnar el espíritu de la fraternidad y sumarnos a un trabajo en común, colectivo, pues sólo manteniéndonos unidos podremos hacer presente, en la medida de nuestras posibilidades, la unidad que emana del G.·.A.·.D.·.U.·. impidiendo así que el versátil “Príncipe de la Mentira”, se instale entre las columnas.

Pero esa fraternidad no nos exime, sino todo lo contrario, de un cierto rigor intelectual y moral, en primer lugar con uno mismo, de lo contrario cómo podría hacer ver en otros QQH.·. de sus fallas. Ese rigor es regenerador, ya que entre otras cosas impide que la gracia dispensada, ese legado que hemos recibido por la fraternidad debemos de cuidar y que no se convierta en aquello que combatimos, lo más bajo de la vida profana. “Fundidos pero no confundidos”. Es necesario, puesto que así lo exige nuestra condición de masones, permanecer siempre vigilantes, despertar nuestra luz interior, y que las ideas que la tradición nos transmiten se materialicen y concreten en los actos de nuestra vida diaria. Si no fuese así, si las ideas no se concretaran en una acción y una intención definida, estaríamos dando palos de ciego en un ilusorio Nirvana. 
Por otro lado, no hay que olvidar que la obra del G.·.A.·.D.·.U.·. se refiere y se realiza en las tres dimensiones que vemos como parte de la trinidad del iniciado. Por eso, es imprescindible que cada cual contribuya con su esfuerzo y dedicación a la prosperidad de la Logia, lo que no sería otra cosa, que ir cumpliendo la efectiva realización de las posibilidades que portamos en nuestro interior.


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1 comentario en “Recepción de un Legado”

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